(Poesía al
recuerdo de mi amigo Víctor
Milciades F. Orosco,
Encargado
archivo no vigente pro industria)
En silencio
te marchaste, ligero de equipaje,
No te
despediste de tus amigos.
La arcana
muerte te llevó para siempre,
En soledad
te arrebató la vida, sin testigos.
El pitido
de tu querido tren ha enmudecido,
Pasa a mi
lado y no me saluda,
Mas tu triste recuerdo me deja afligido.
Ya nunca
dirás a tu compañero ¡toó…Ta
bien¡
Te
marchaste pronto, sin meter ruido,
Como viniste,
te alejaste sin molestar,
Tan sólo sombrero
pudo despedirte,
Quien de
verdad compartió tus últimas penas y alegrías.
Corta vida,
65 años, pero muy sufrida,
No ha sido
buena contigo,
Lloraste en
tu obligado silencio.
Suspiraste
por amores imposibles,
Imploraste
amor al sordo destino, cruel…
Fatigado de
la ardua lucha, ignorado pero querido,
En silencio
de tu cama, te entregaste a la negra parca.
Nudillos
funestos llamaron a tu puerta,
Y de un
certero derrame la siniestra señora arrebató tu vida.
De tu
soledad, quedó tu cuerpo inerte ese día trece.
Cuando tu
falta se descubrió, con flores y lágrimas,
Tus seres
queridos, tus compañeros de pro industria te obsequiaron,
Pero faltó
una mano que estrechara tu despedida.
Allí donde
estés, fuiste bien recibido,
Amigo
bueno, espléndido compañero de labores, cariñoso.
Miro a las
estrellas para saludarte, pero nunca, nunca más
Oiré el
silbido del tren, ni tú dirás, ¡toó….Ta
bien¡
Autor: Brayner
Abrahán Gómez
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